La obra rinde un homenaje al que fue, por muchos años, el medio de comunicación por excelencia. Es una recopilación de cartas personales de diferentes épocas y plumas, hiladas por la experta mano de Carlos Monsiváis.
Con un dejo de romanticismo y nostalgia, Monsiváis destaca la importancia del género epistolar no sólo como medio de comunicación, sino como reflejo de una sociedad capaz de “vaciar el alma” en un trozo de papel.