El tráfico de combustible, conocido en México como “huachicol”, es una próspera actividad ilícita que se ha extendido a todo el orbe. En México el mercado negro de combustibles se desarrolló a partir de 1990 y siete años más tarde ya era considerado una preocupación para el gobierno federal: la práctica de robo, la adulteración y el contrabando de hidrocarburos.

Hoy día, este lucrativo y sofisticado ilícito salpica a autoridades, cuerpos de seguridad, aparato de procuración de justicia, empresas y particulares. La corrupción en Pemex, la reconfiguración del mapa político nacional, la proliferación y diversificación del crimen organizado con grupos cada vez más territoriales y violentos, las crisis recurrentes del país, la desatención del sector energético como un todo y la gran capacidad corruptora de los grupos criminales fueron su caldo de cultivo.

El académico e investigador Samuel León Sáez desmenuza este fenómeno en Huachicol. El nuevo mercado criminal en México.