El amor a la vida: despertar, luchar y ser presenta las teorías psicológicas y el legado humanista de Erich Fromm, quien veía al hombre no sólo como individuo, sino como elemento importante de la sociedad. A diferencia de Sigmund Freud, el psicoanálisis de Fromm se dirige a cuestiones económicas, sociales y culturales, por lo que reconoce que la coexistencia social puede enfermar al individuo y mermar su capacidad creativa, además de minimizar su amor hacia lo vivo. El humanismo de Fromm, por tanto, se orienta a encontrar cómo la sociedad debe organizarse a fin de que el amor por lo vivo, la biofilia, sea el impulso de vida de todas las personas y la cura en casos de enfermedad mental.