¿Por qué sectores mayoritarios de la población no consumen la oferta de las instituciones de “alta cultura”? ¿Es por falta de interés, por ignorancia o por pobreza? ¿Qué elementos de tipo educativo o familiar inciden en las decisiones de consumo de bienes culturales?
Al tratar de responder esas y otras preguntas, se fue hilvanando la presente obra cuyo título alude a la preocupación que permea todo el trabajo: la distancia y cómo reducirla. Por una parte, tiene que ver con la realidad del recorrido que hay que hacer entre una oferta de bienes culturales y sus posibles públicos; por otra parte, se refiere al hecho de que lo escrito son apenas incursiones sobre el tema tan complejo como la vida social misma, pero incorporando e punto de vista de aquellos que no acuden a eventos organizados por las instituciones de cultura.