Mientras la Tercera Ola democratizadora recorre el mundo, el tsunami de la expoliación económica sin precedentes en la historia humana arrasa a sus sociedades. Esta profunda contradicción ha comenzado a ser retomada y analizada tanto por la economía política como por la ciencia política pues, contrariamente a las creencias de la teoría del desarrollo tradicional, la política no va por detrás de la economía. Las instituciones públicas democráticas son decisivas en el desarrollo económico: por un lado, la democracia supone una serie de condiciones socioeconómicas previas a su existencia sostenible, pero por el otro, la democracia no necesariamente ofrece garantías al desarrollo social y económico. El presente libro ofrece una contribución al debate sobre este problema analítico, señalando algunos de los problemas teóricos y empíricos más relevantes.